Nosotras creemos que la persona más feliz es aquella que no busca la felicidad, porque vive cada día y no se preocupa de lo que ocurrirá mañana. Esto se debe a que cuando minimizas tus preocupaciones se maximizan tus sueños y alegrías y pones más empeño en ellas.

 

Pensamos que todas las formas que tiene la gente de ser feliz son buenas, aunque realmente no hay nada decidido como “bueno” o “malo” porque lo que para nosotras es malo para otra gente puede no serlo. Por eso decimos que todas son válidas. Pero a pesar de nuestra anterior idea, de todos los modelos de felicidad vistos hasta este momento solo estamos de acuerdo con el segundo modelo, el minoritario, y con los conceptos que nos da la ciencia, excepto un par que discrepamos.

Estamos de acuerdo con el segundo modelo, a pesar de ser el minoritario, porque, como dijimos en “Los modelos de felicidad en la sociedad contemporánea”, nos parece ridículo regirse por tres simples factores para ser feliz. ¿Dónde quedan esas conversaciones especiales y esos momentos de felicidad instantánea? Esas pequeñas cosas son las que se valoran en este modelo y las que nosotras consideramos realmente importantes. Puedes irte a una fiesta enorme y con mucha gente pero siempre recordarás un solo instante que, por cualquier motivo, fue especial para ti. Puedes tener muchos o  pocos amigos, más o menos dinero y ser extremadamente guapo/a o feo/a pero seas como esas y hagas lo que hagas, los momentos realmente felices de tu vida, esos que sonríes solo con recordarlos, son los mismos. Algo que te dijo alguien especial, un día inolvidable, el momento más gracioso de tu vida…. Son momentos que la sociedad no  puede decidir por nosotros y el cómo nos hacen sentir es solo cosa nuestra. Por eso estamos 100% a favor de este modelo, porque valora esos detalles que la sociedad no puede juzgar y tú adoras, además de dejar de lado cualquier tipo de estereotipo para determinar tu felicidad.

 

En resumen, ¿por qué creemos en estos modelos? Porque los sentimos y vivimos día a día, directa o indirectamente, y valoramos más el interior que el exterior, ya que para nosotras es realmente lo importante.